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El artista es el espejo de su tiempo, el reflejo de su transcurrir entre los cambios vertiginosos a los que nos somete la ciencia, la tecnología y el cúmulo de información que lo modifica y transforma en su interior y en su apariencia física. Y no solo a él sino a su entorno.
El don de la sensibilidad, su gran creatividad y amplios recursos técnicos, le permiten a Javier Echeverrí plasmar todos estos cambios de una manera lúdica, en una explosión de formas, color, luz y energía. Su propuesta orgánica es atrevida, disparatada, casi teatral para referirse a temas como el erotismo , la sensualidad o la violencia y represión de su entorno. La diversidad es casi un lema en su trabajo, ¡Es su consigna!
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En su propuesta plástica denominada NEO EXPRESIONISMO ORGÁNICO, su máxima predica que todo en el universo es energía y en este sector de ese Gran Universo, la energía se puede materializar u organizar. Del mismo modo, Echeverrí plantea que el planeta Tierra es un ser vivo colosal, que posee su propio espíritu. Este ser maravilloso nos ha dado vida, nos ha moldeado, nos ha dado forma y nos ha transformado en los organismos complejos que hoy somos. Pero ha llegado el momento en que el conocimiento de nosotros mismos y de nuestro entorno, proporcionado por la ciencia y la tecnología, nos permiten moldearnos y transformarnos.
Con base en estos planteamientos, se desarrolló su Obra Pictórica, escultórica y de grabado: Organografias.
Sus formas y colores son el resultado de ese estudio acucioso de lo fitomorfo, lo antropomorfo y lo zoomorfo, junto con una mezcla de formas y objetos cotidianos o de nuestros tiempos , que dan vida a estos espacios maravillosos.